lunes, 15 de enero de 2018

VACANTE OFRECIDA

Me había quedado sin trabajo en un momento muy complicado en la economía y política de Argentina. Una noche, a eso de las 23.00 horas, me saca de la cama una llamada telefónica. Era un muy amigo mío. Se disculpó por la hora, pero era imprescindible que la información que él tenía, me fuera transmitida de inmediato.  Quería avisarme que ese mismo día a las 24:00 horas vencía el plazo para proponerse para la vacante de Contador General de las Naciones Unidas, posición con residencia en Nueva York y otros interesantes beneficios. Por sus reglamentos, o algo así, tenía que ser alguien con título de Contador que no fuera estadounidense. Había un link con una página de las UU.NN. para completar la postulación  ¿Y se acordó de avisarme una hora antes?


El hecho es que la búsqueda había aparecido en el semanario “The Economist”, que tiene una extensa lista de circulación interna dentro del  estudio (Big 4) donde él trabajaba, y tuvo que aguardar que, previamente, unos 30 socios la recibieran en su bandeja de IN, en algún momento la revisaran y luego la depositaran en su bandeja de OUT,  para seguir la lista de distribución, en la que los gerentes estaban “al fondo” de la lista. Por eso se demoró tanto en tener la información y solo me la pudo pasar a minutos de su vencimiento.

Era una carrera contra el tiempo, buscar un CV mío en Inglés, actualizarlo y adaptarlo a algo que pudiera ser atractivo para esa posición, revolviendo en mi memoria todo trabajo que hubiera realizado para control de proyectos financiados por organismos del exterior. Encontré algunos financiados por Banco Mundial, el BID y distintas ONG.  Ninguno por las Naciones Unidas, ni que se utilizara el sistema contable con el que se manejan, requisito muy conveniente para esa posición.  Sin duda, una contabilidad distinta, registrando y controlando ayuda alimentaria otorgada a África, consumos de los Cascos azules en Haití, o los almuerzos servidos a los miembros del Consejo de Seguridad en Nueva York, por dar algún ejemplo.

Llegué a enviar la postulación en los últimos segundos en que el  “portal” estaba abierto. Explícitamente decía que luego de las 0:00horas no se recibiría ningún CV. Me sentía como en las películas de James Bond o Misión imposible, acción cuando desactivan los cables de la bomba que está por explotar en los últimos cinco segundos. La página de internet decía claramente que nadie debía de comunicarse con la ONU para consultar y que ellos se comunicarían con “la persona indicada” a su debido tiempo.

Sabía que no tendría posibilidad, ya que asumí que había dispersos por el mundo muchos contadores con experiencias variadas en proyectos de las UU.NN. Efectivamente, nunca me llamaron, y considerando que transcurrieron más de quince años, indudablemente ya no lo harán. Indudablemente fue la posición más  “extraña” para la que postulé en mi vida. Con el tiempo aparecieron otras postulaciones, otras entrevistas y otros trabajos. La vida siguió su curso.